Esto no pinta bien

Da igual que hagamos un lavado de cara o una reforma integral: la pintura es fundamental. No encuentro algo con un precio más bajo y que cause mejor impacto que un buen pintadito de un piso. Es como magia, todo cambia a mejor.

Ya te conté algo de mi viaje a Malasia. Se ha desarrollado un huevo en los últimos años pero sigue habiendo contrastes. Puedes entrar en una estación de metro impoluta, moderna, es impactante. Rascacielos brutales.

Pero luego están muchas otras zonas, donde precisamente solíamos alojarnos. Salías a comprar algo, a comer algo…y no había quien te quitara la mosca detrás de la oreja. ¿Por qué esa sensación de inseguridad cuando realmente no era un barrio conflictivo en absoluto?

Por el aspecto de los edificios. Fachadas envejecidas, con humedad y manchas. Todo descolorido.

Vamos, que les hacía falta un par de manitas de pintura como el comer.

Ya lo dice Zazza el Italiano: el elemento más habitual en los peores barrios es la dejadez, falta de limpieza, y estado de las fachadas sin pintar.

Por cierto, que buena experiencia con los malayos. Quitando el vuelo, que es carillo, luego allí es bastante barato hospedarse y comer. Ahora entiendo a los guiris nórdicos o yankees cuando dejan propinas del 20%. Al pagar 22 leuros por una comida para cuatro te sientes magnífico y dices…”quédate con los 3 €”. Tócate los huevos, así es fácil ser generoso. Cuando me cuesta 80 me estiro menos que el portero de un futbolín.

Sigo con la pinturita, que me disperso…pues eso, que algo tan simple como una capa de pintura en nuestro inmueble cambia todo su carácter. Da frescura y hace sentir al futuro inquilino que está en un sitio más amplio, limpio y luminoso. ¿Te parece poco?

Suelo pintar de blanco. Tres razones. Da más luz, los recortes con los techos están tirados y cuando tengo que volver a pintar uso de nuevo la misma pintura y marca. Rapidito. Bien trabajao.

Aunque hay veces que pintar de blanco no es la mejor idea. Me acuerdo de un inversor que se compró un piso con paredes de color oscuro intenso. Los exdueños o exinquilinos o exinquiokupas u okupas a secas eran primos de Bob. No el del chiste de Brigitte Bardot, sino el de Jamaica.

Habían usado aquello para plantar marihuana. Y se ve que cuando iban a controlar cómo crecían sus plantitas probaban su calidad. Vamos, que se habían fumado hasta las cortinas. Me imagino el final de la velada…”Esa luuuuuz, bájala!!!”.

Las paredes tenían una capa pegajosa adherida, como un aceite denso. Entre el aceitillo y la oscuridad de las paredes mi colega desistió del blanco a la quinta mano. Siempre afloraban las manchas. Usó un gris medio casi sin diluir y acabó con el problema a la primera…digo, a la sexta…

Puede pasar, pero si no ha habido mucho porro y el color de partida es demasiado oscuro, yo, blanco ;)

Puedes pagar, claro. Pero me reconocerás que la pintura es una de las partidas que más inversores se atreven a hacer por sí mismos. Yo utilizo una máquina airless para aplicar con pistola. No es lo mismo que un compresor. Este usa aire para empujar la pintura y mi máquina empuja directamente la pintura.

A veces me cuentan que van a pintar una puerta interior con un compresor y pistola prestados…¡¡Peligro en la Condomina!! Como no se proteja bien la zona va a llegar pulverizado hasta el vecino del primero. Si se aplica en un cuarto. Ya me entiendes.

La airless pulveriza menos, pero también mancha. Así que si quieres usarla piensa que vas a tener que invertir mucho más tiempo en tapar todo. Ventanas, suelo, puertas con sus marcos…

Y un poquito de por favor…no uses productos de mierda. Esto también vale al pintar con rodillo. Aprendí el valor de los pequeños materiales cuando compré el burlete más barato de toda la ciudad y estuve luego dos días quitándolo a pellizcos porque se desmoronaba y el adhesivo se quedaba muy agarrado.

También tendrás que invertir entre una y dos horas en limpiar la máquina, manguera y pistola. Por eso no presto mi aparatito. Solo a mi primo, que tiene el mismo toc que yo y la deja súper limpia.

Pero luego cuando te pones a pintar, flipas. No solo mola usar la pistolita y dejas un acabado más uniforme y sedoso, sino que es la hostia de rápido. En una mañana he llegado a dar dos manos a un piso de 100 m2.

¡Anda que igual que con un rodillo! Pero vamos, los malayos, ni rodillo ni pistola. Ellos son más de laksa, la sopa de noodles.